Cuando me desperté pude observarlo más claramente,
lo puse frente a mí en sima del velador para poder vigilarlo a diario
sabía que este no era como el anterior. No es por el aspecto variable con el que se presenta si no su contenido subversivo radical lo realmente fascinante, la idea de poder nadar en el pasto seco sin quemarse o poder pisar sin tocar y saltar sin elevarse, poder callar sin envejecer y sonreír y prevalecer, volver a la niñez sin querer recuperar nunca la adultez y lanzarse al vació sin jamás desfallecer, Su perdida no fue a mi indiferencia. Cuando acudí pude verlo roto en mil pedazos, todos de diferente tamaño y color pero que rápidamente iban tomando el mismo color, tamaño y textura. Mis esperanzas corrieron por mi mejilla escapando de mi cuerpo al encuentro con aquellos pedazos inertes. Tuvieron que pasar años para poder drenar aquel lamento. Poder olvidar la pérdida y dormir tranquilamente fue en desafió pero sabía que volvería a encontrarlo pese a su exclusividad. Estaba en mis sueños y materializarlo seria mi nuevo desafío. Cuando me desperté pude observarlo más claramente lo puse frente a mi velador para poder vigilarlo a diario sabia que este no era como el anterior y que esta vez todo seria distinto
lunes, 24 de octubre de 2011
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